Desde finales del siglo XX, y especialmente con la llegada del XXI, vivimos una disrupción en los modelos de relacionarnos y trabajar que teníamos hasta la fecha de la mano de las nuevas tecnologías.
RDSI, internet en los hogares, telefonía móvil, digitalización de comunicaciones, redes sociales, fibra óptica, TV a la carta… la evolución ha sido fulgurante y ahora llega la Inteligencia Artificial con una adopción sin precedentes.
Todo este cambio tecnológico trae muchas cosas buenas, ¡no caigamos en el error de demonizarlo! Pero este paso cada vez más acelerado de lo físico a lo virtual, entraña ciertos riesgos que debemos tener en cuenta para hacer nuestro camino más seguro para nosotros, y para quienes están bajo nuestra tutela.
Cuanto mejor sea nuestro conocimiento en materia de ciberseguridad, mejor podremos protegernos y protegerlos. Conscientes de las dificultades que este tema entraña, dejo a continuación una serie de consejos generales en seguridad digital que os pueden resultar de utilidad.
Seguridad en redes sociales
Probablemente sea nuestra mayor preocupación como educadores. Además de recomendar dedicarle un tiempo prudencial a las mismas, hay ciertos consejos que deberíamos seguir. Si cuando llegamos a un espacio público no compartimos nuestras fotos y detalles personales con todo el que esté presente ¿por qué hacerlo en TikTok?
- Mejor tener un perfil cerrado que abierto, pues estos permiten obtener mucha información sobre nosotros mismos sin saber quién lo hace, ni para qué. Por esta misma razón, debemos prestar especial atención a los mensajes de desconocidos.
- Es deseable no compartir información personal y revisar periódicamente las configuraciones de privacidad de las aplicaciones.
Contraseñas robustas
De igual manera que no dejamos las llaves de la puerta de casa accesibles para desconocidos, deberíamos proteger la llave de entrada a nuestros dispositivos y aplicaciones: nuestras contraseñas.
- Utiliza siempre que puedas un doble factor de autenticación (2FA).
- Cambia tu contraseña periódicamente. Y no las reutilices entre aplicaciones.
- Una contraseña larga es mucho más segura que una contraseña corta pero compleja. Combinemos las dos. Podemos utilizar una frase que no se nos olvide combinando símbolos especiales en la misma para robustecerla.
Seguridad en redes WiFi
La conectividad más segura fuera de nuestra red doméstica es la que hacemos a través de los datos móviles. Si no es posible y tenemos que hacerlo por Wifi:
- Mejor descartar redes abiertas a no ser que sea realmente imprescindible. Y si nos conectamos a una red abierta, que sea a través de una VPN (red privada virtual).
- Apaguemos el botón “wifi” de nuestro dispositivo cuando no estemos conectados.
Y en casa:
- La a wifi de casa debe tener contraseña robusta y WPS desactivado (el botón que hay detrás del router nos lo pone muy fácil).
- Llevado al mundo físico: no entramos en cualquier edificio que tenga la puerta abierta ¿por qué nos conectamos a cualquier wifi sin plantearnos los riesgos?
Fraude: phishing, vishing, smishing
Al igual que nos pasa a los adultos, nuestros tutelados pueden sufrir ataques para obtener sus datos a través de correo electrónico (phishing), llamadas de voz (vishing) y SMS (smishing). ¡No nos dejemos engañar!
- ¿Urgente? No, gracias. Los ciberdelincuentes suelen apremiar en resolver algo: pagar una multa, reagendar un envío, etc. Lo que buscan es asustar y el pago rápido antes de que nos dé tiempo ser conscientes del fraude.
- Al igual que en redes sociales, mantengamos la máxima de no compartir información personal con remitentes desconocidos.
Malware
Descargarnos programas de pago si se nos ofrece hacerlo de manera “gratuita” fuera de los sites oficiales es una mala praxis por dos motivos. Además de ser ilegal, suelen venir de la mano de algún software malicioso que busca infectar nuestro equipo (malware) o robar los datos sin que nos demos cuenta (infostealer). Recuerda el dicho “Lo barato sale caro”
Control parental
Aunque puede parecer una solución intrusiva, en ocasiones es necesario dotar a los dispositivos de nuestros hijos de algún programa que nos permita monitorizar su acceso a aplicaciones y contenidos, así como modular el tiempo de uso.
Para ello Android ofrece Control Parental y iOS Tiempo de Uso. En ordenadores domésticos también Windows ofrece una opción similar. Puedes consultar estas prestaciones en las páginas web de los distintos fabricantes, donde además se indica cómo realizar la configuración.