Lo primero que destaca es la personalización. A diferencia de otros sistemas más cerrados, Android permite configurar prácticamente todo: desde los widgets y los accesos directos hasta el lanzador o la estética completa del sistema. Es una experiencia que se adapta al usuario, y no al revés.
Además, los móviles Android actuales integran tecnologías punteras: procesadores de alto rendimiento, pantallas AMOLED con tasas de refresco de 120 Hz, baterías inteligentes, sensores avanzados de cámara y funciones exclusivas como el modo escritorio, el control por gestos o la sincronización con servicios en la nube.
Por otro lado, no hay que pasar por alto el precio. Mientras que otros sistemas limitan las opciones, Android abre la puerta a móviles desde menos de 200 € hasta auténticas bestias tecnológicas que rivalizan con cualquier gama alta del mercado.