En otoño cambia el tiempo, pero también nuestras necesidades nutricionales. La vuelta a la rutina, la bajada de las temperaturas, los días más cortos y con menos horas de sol, son factores que nos hacen experimentar cierto desánimo, algo más de cansancio y somos más propensos a que bajen las defensas y, por ejemplo, nos resfriemos. De ahí que destaquemos las frutas de otoño.
Para contrarrestar estos cambios, nada mejor que aprovechar los alimentos que el otoño nos regala, en especial las frutas, ya que resultan muy interesantes a nivel nutricional. Es importante aprovecharlas ahora que están en su mejor momento para disfrutar de su sabor, propiedades y buen precio. A continuación te presentamos las tres frutas de otoño por excelencia.
Frutas del bosque, bocado antioxidante
Grosellas, moras, frambuesas, arándanos… son poco calóricas y tienen mucha agua. La energía procede de los hidratos de carbono (en forma de azúcares), pues casi no tienen proteínas y nada de grasas.
Estas frutas de otoño destacan por su vitamina C, provitamina A y ácido fólico, minerales (potasio, magnesio y calcio) y fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal. Pero lo que las hace realmente interesantes es su contenido en flavonoides y otros antioxidantes, que ayudan a combatir el envejecimiento prematuro, y a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, algunos trastornos degenerativos y ciertos tipos de cáncer.
A la hora de cocinar, puedes incluirlas en desayunos y postres (mezcladas con yogur, copos de avena y frutos secos), así como en ensaladas para aportarles el toque antioxidante y deliciosos batidos (atrévete con uno de plátano, arándanos y bebida de avena con una cucharadita de cacao puro en polvo).
Granadas, frutas de otoño muy digestivas
Otra de las frutas de otoño que no podemos dejar de recomendar es la granada. Se trata de una baya de sabor dulce y ácido a la vez, con muy bajo valor calórico. Posee abundante agua y potasio, pero hay que destacar su contenido en taninos y flavonoides. Los primeros tienen propiedades astringentes y antiinflamatorias, aliadas en caso de diarrea o inflamaciones intestinales. Los flavonoides son antioxidantes capaces de neutralizar los radicales libres y que previenen ciertos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas.
Una buena forma de utilizarla en nuestros platos es preparar una ensalada de cuscús, con rúcula, queso fresco, calabaza asada (otro alimento otoñal), a la que añadiremos los granos de la granada y el aliño (a base de aceite de oliva virgen extra, zumo de limón y menta fresca). Un entrante delicioso.
Membrillo, eficaz en los trastornos gástricos
Es una de las frutas de otoño incomestible al natural, por su sabor ácido y áspero. Apenas contiene azúcares y es poco energética, pero al consumirse en dulce aumenta mucho su aporte calórico.
Destaca sobre todo por su contenido en fibra, en forma de mucílagos y pectina, y taninos (astringente y antiinflamatorio), que la hace eficaz contra la diarrea y trastornos gástricos. Sus fibras solubles la hacen interesante para personas con hipercolesterolemia.
Si quieres aprender a preparar dulce de membrillo, te recomendamos que sigas estos pasos:
- Cocínalos enteros 45 minutos en una olla con agua que los cubra.
- Retira, deja enfriar, pélalos y quita el corazón.
- Trocea y ponlos en una cazuela con azúcar (400 g por 600 g de pulpa de membrillo ya pelado y sin corazón) y cuando esté disuelta (unos 10 minutos) tritura con la batidora y cocina 40 minutos más.
- Vuelca el dulce en un recipiente, tapa con papel film y enfría en la nevera toda la noche.
Qué tener en cuenta además de consumir frutas de otoño
A pesar de que consumamos las tres frutas de otoño que acabamos de comentar, hay una serie de recomendaciones que debemos de tener en cuenta de cara a cuidar de nuestra nutrición en esta época del año:
- Comprar en base a una lista de la compra saludable, en la que se incluyan frutas y verduras de temporada, proteínas de buena calidad (carnes magras, pescado, huevos, legumbres) e hidratos de carbono complejos mínimamente procesados y preferiblemente integrales (pasta, arroz, pan…) así como grasa de calidad (aceite de oliva virgen extra, pescado azul, aguacate, frutos secos…).
- Planificar bien la dieta. Para que evitemos comer siempre lo mismo. Podemos recurrir al batchcooking para preparar nuestras comidas en un día y guardarlas en la nevera (o congelador). Así, sólo tendremos que calentar, para consumirlas y disfrutarlas, añadiéndoles algún acompañamiento fresco.
- Hidratarse bien. Aprovecha para consumir más infusiones/tés, caldos, sopas o purés que, además de hidratarnos, nos reconfortan. Y seguir consumiendo frutas de otoño (kiwis, naranjas, frutos rojos…) y verduras frescas (tomate, ensalada, calabacín…) que son alimentos hidratantes.
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Foto destacada por Klannekre