Un detector de presencia o de movimiento es uno de los elementos más útiles de un sistema de alarmas. Y es que las posibilidades que nos ofrece en materia de seguridad son muy amplias y valiosas.
Sin embargo, es probable que muchos de vosotros no hayáis escuchado acerca de él. Por eso hoy, vamos a explicar qué es y cómo funciona, entre otras muchas cosas. Vamos al lío.
Qué es un detector de presencia o movimiento y para qué sirve
Como su propio nombre indica, un detector de movimiento es un dispositivo con sensores que tiene la capacidad de detectar cualquier alteración. Por ejemplo, es capaz de detectar la apertura de puertas y ventanas o la presencia de personas, entre otras cosas.
Cualquier kit de alarma necesita de este elemento para detectar amenazas, ayudando a evitar intrusiones en casa o negocios. Solo así puede producirse el salto de alarma para ser notificado a la Central Receptora de Alarmas y, si es necesario, a la Policía.
Además, y como hemos comentado antes brevemente, los detectores de presencia y movimiento nos protegen de otras situaciones de riesgo. Como ventajas, encontramos que se instalan con facilidad, sin necesidad de cables y cuentan con baterías de alta autonomía.
Qué tipos de detector de presencia existen y cómo funcionan
Antes de nada, es importante mencionar que existen varios tipos de detectores. Son los siguientes:
- Detectores con cámara
- Detectores magnético
- Detector exterior con cámara
- Cámara móvil 360º con Reconocimiento Inteligente
Por un lado, los detectores de movimiento con cámara identifican cambios entre la radiación infrarroja de fondo y la que emiten las personas y el resto de objetos. De esta forma, emiten una señal y una serie de fotografías a la central en caso de detectar una persona cuando la alarma está conectada.
En caso de que las condiciones de iluminación sean pobres, un flash acompaña a la toma de fotografías para que se pueda ver perfectamente la escena, incluso a oscuras. También hay versiones de exterior, preparadas para descartar movimiento de viento, lluvia, plantas… y que son resistentes a las inclemencias meteorológicas.
Por otro lado, los detectores magnéticos están compuestos por dos piezas diferenciadas. Una se coloca en la parte móvil de puerta y ventanas y la otra, en el marco, fijo. Cuando la puerta o ventana está cerrada, ambas partes se encuentran prácticamente pegadas.
Sin embargo, cuando se abre, las piezas se separan y se genera una señal que se envía a la central de alarma para indicar una posible intrusión. Adicionalmente, existen versiones más avanzadas que son capaces de detectar golpes y vibraciones, para hacer saltar la alarma incluso antes de que se acceda a la instalación.
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