Seguro que, en más de una ocasión, has escuchado hablar sobre la depresión postvacacional e, incluso, puede que la hayas sufrido. Sin embargo, esta afección es mucho más corriente de lo que podemos llegar a pensar.
Se calcula que en torno al 30% de la población española sufre el llamado “síndrome o depresión postvacacional”, un trastorno que se manifiesta especialmente a finales del mes de agosto y también durante el mes septiembre (en función de cuándo acabemos las vacaciones), causado por la reanudación de la actividad tras el periodo vacacional.
¿Qué es exactamente la depresión postvacacional?
Al incorporarnos de nuevo al trabajo, tras un largo periodo de vacaciones, sufrimos una reacción de estrés, que comúnmente llamamos depresión postvacacional.
El estrés es un proceso normal de adaptación a las demandas del ambiente y cuando, tras las vacaciones, debemos de incorporarnos de nuevo a las obligaciones laborales, nuestra mente percibe la demanda como excesiva, y decide enfrentarla generando estrés.
Todo ello conforma un proceso normal de adaptación, que para la mayoría de las personas no supone ningún tipo de trastorno, pero que, para otras, puede comportar un malestar importante con una repercusión sobre su calidad de vida.
Síntomas de la depresión postvacacional
Son varios los síntomas que nos pueden hacer sospechar que estamos sufriendo una depresión postvacacional. Es importante que sepamos identificarlos, por lo que a continuación os presentamos algunos de los más comunes:
A nivel emocional
- Bajo estado de ánimo.
- Ansiedad y/o angustia.
- Irritabilidad.
- Inquietud.
- Inseguridad.
- Dificultades de concentración.
- Síntomas depresivos: apatía, falta de interés, de motivación, etc.
A nivel físico
- Cansancio.
- Falta de apetito.
- Sudoración.
- Náuseas u otros problemas estomacales.
- Cambios en los ritmos de sueño, ya sea por defecto o exceso.
Estos síntomas suelen desaparecer pasados unos días una vez hemos regularizado los horarios de trabajo y descanso. Es, por tanto, un malestar pasajero que no suele durar más de una semana o quince días.
Si estos cambios adaptativos se alargaran más de seis meses podríamos estar ante un trastorno desadaptativo, una ansiedad generalizada, o un llamado estrés crónico, que se manifiesta con una clínica específica y requerirá, por tanto, un tratamiento específico por parte de un profesional.
Pero no hay que alarmarse, ninguno de los manuales de psiquiatría o de psicología, como el DSM-5 o el CIE-11, recogen la depresión o síndrome postvacacional, y de ninguna manera puede ser considerado a priori un tipo de depresión.
El síndrome postvacacional no es un trastorno psicológico, sino un desajuste temporal en el que la persona debe volver a adaptarse a sus tareas después de un período vacacional.
¿Quiénes sufren más la depresión postvacacional?
Según la Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria (SEMYFC), las personas a quienes más afecta la depresión postvacacional son:
- Hombres y mujeres alrededor de los 40 años.
- Personas que idealizan el periodo vacacional como la cumbre de su bienestar emocional.
- Individuos desmotivados en su puesto de trabajo y que presentan malestar y apatía en la actividad laboral cotidiana.
- Personas que se incorporan al trabajo, sin haber disfrutado de un periodo de transición.
- Afecta más cuanto más largo ha sido el período vacacional.
- Trabajadores con cuadros típicos de síndrome de Burnout en su puesto laboral.
¿Qué se puede hacer para aliviarlo?
El remedio, como ocurre muchas veces, está en prevenir su aparición. En este sentido se pueden intentar diversas medidas. Toma nota y, aunque algunas ya no llegues a tiempo de ponerlas en práctica este año, te servirán para el año que viene:
- Conservar horarios durante las vacaciones, aunque sean distintos a los rutinarios, para mantener un cierto biorritmo, y que el cuerpo y la mente se adapten más fácilmente a la cotidianidad.
- A medida que se acerca el fin de las vacaciones, volver progresivamente a la rutina habitual para que el cambio no resulte tan drástico.
- Evitar una motivación personal excesivamente centrada en las vacaciones. No se puede estar deseando las vacaciones durante una mitad del año y lamentarse de que se hayan acabado durante la otra mitad.
- Mantener aficiones durante el año y así retomar la rutina con ilusión por realizar ciertas actividades apartadas durante las vacaciones.
- Dividir el periodo vacacional para disfrutar el descanso a lo largo de todo el año.
Y si, a pesar de esto, presentas síntomas de depresión postvacacional, estos consejos te pueden ayudar:
- Realiza salidas de fin de semana. Aunque el periodo vacacional haya terminado, no tienen por qué terminar los planes que recargan pilas. Organízate bien y escápate a desconectar.
- Mantén algún hábito que tenías durante las vacaciones. Ten en cuenta que muchas veces la depresión postvacacional viene por la pérdida de hábitos adquiridos durante el descanso. Si mantienes alguno, es probable que la mente no experimente tanto el cambio.
- Empieza por las cosas fáciles. No olvides que tu cuerpo y tu mente necesitan unos días para volver a funcionar al 100%. Exigirte demasiado recién iniciada la rutina puede generarte estrés.
En definitiva, el mejor consejo para evitar la depresión postvacacional es construir una vida suficientemente satisfactoria como para que volver de vacaciones no sea excesivamente traumático. Si volvemos a una vida satisfactoria, la situación será mucho más llevadera.
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