Su progreso ha sido meteórico, tanto a nivel práctico como en el ámbito de la investigación. Ya se puede decir que el crecimiento de la telemedicina con la Covid-19 ha sido impresionante. En tan solo unos meses se ha avanzado lo que se habría tardado años en avanzar en una situación normal.
La pandemia ha supuesto un cataclismo para la atención sanitaria y no solo por tener que enfrentarse al coronavirus. Al tiempo que el personal especializado se deshace en esfuerzos por acoger y tratar a los enfermos, el resto los servicios médicos tiene que continuar. Para hacerlo, el sector sanitario ha tenido que volcarse en una nueva fórmula de atención. La telemedicina ha sido esta fórmula y, como dicen los especialistas en la materia, ha llegado para quedarse.
El cambio permanente de la telemedicina con la Covid-19
No es un camino reversible. La telemedicina estaba destinada a implantarse como un apoyo de la atención médica. Antes o después, parte de esta atención se volcaría en medios telemáticos. Los estudiosos de la materia hablaban incluso de la automatización de algunos procesos, el uso de inteligencia artificial para prediagnósticos y hasta las intervenciones quirúrgicas a distancia. Para esto último aún queda camino por recorrer. Sobre todo a nivel técnico, pues se necesita de las redes 5G, así como de una provisión de robots preparados para imitar fielmente los movimientos de un cirujano (como la máquina Da Vinci).
Un futuro muy presente
Pero otros medios de medicina a distancia que se proponían como para un futuro se han empezado a adoptar con la pandemia. La telemedicina con la Covid-19 ha hecho posible la normalización de los diagnósticos mediante fotografías enviadas de heridas o lesiones en la piel, que se han sido comunes durante estos meses y lo siguen siendo. Lo relata Amparo Naranjo, médico de familia en el Centro de Salud de Monterrozas a este medio; aunque señala que la herramienta más habitual en estos meses ha sido el teléfono. “Ahora el 80% o el 85% de las consultas son por teléfono, porque lo que queremos es proteger a la población de posibles contagios. Los centros de salud no dejan de ser centros sucios de alguna manera, donde se hacen PCR y pruebas de covid. Intentamos que la población venga lo menos posible para intentar evitar el contagio”, destaca.
Un informe de Research and Markets, estimaba el aumento de su uso en Estados Unidos en un 80% este 2020. En la prestigiosa revista The Lancet, el director del Center for Health and Technology del Centro Médico de la Universidad de Rochester, Roy Dorsey, iba más allá en sus cálculos. Afirmó que el uso de la medicina a distancia se había multiplicado por diez en marzo-abril y lo calificaba como la mayor transformación en la historia de la medicina de Estados Unidos. En el mismo artículo se hacía notar que en Italia la demanda de consultas vía telefónica se había incrementado en un 90% en las líneas fijas y en un 40% en las móviles.
Comodidad, evitar contactos y esperas
Una de las principales ventajas de la telemedicina con la Covid-19 o sin ella es la comodidad. Se ahorra tiempo, pues no es necesario ningún desplazamiento. Al mismo tiempo se evita esperar en las salas los centros médicos. Son hábitos a los que no estamos acostumbrados, pero nos hemos hecho a ellos en pocos meses.
“La telemedicina, desde hace bastantes años, era un nicho, pero ahora se ha convertido en algo totalmente necesario”, comenta Isabel de la Torre, profesora de la Universidad de Valladolid y coordinadora del Grupo de Telemedicina y eSalud de esta universidad. Su grupo de investigación es uno de los pocos en España que lleva años estudiando las posibilidades en este campo.
De la Torre también destaca el enorme salto de la telemedicina con la Covid-19. “En atención primaria ahora casi todas las consultas no son presenciales. Tiene que ser una patología que tengas que ir necesariamente allí. Si no te atienden por teléfono o por Internet. Ahora [la telemedicina] es algo casi diario, tanto en la sanidad pública como privada”, afirma.
Un cambio que hay que seguir investigando y cultivando
La médico de familia Naranjo está convencida de que la medicina a distancia no es flor de un día. “Habrá que irse adaptando a este tipo de atención y proveer de los recursos para que esto se haga adecuadamente. Porque la telemedicina ha venido para quedarse. Hay muchas cosas que se pueden solucionar por teléfono y es muy cómodo para el paciente y para el médico”, indica. Y subraya la idoneidad de evitar las esperas en los centros médicos.
Eso sí, no sirve para todo. Naranjo también tiene eso claro. Puntualiza que hay dolencias que no se pueden resolver mediante una entrevista con el paciente. “Cuando hablamos con el paciente y vemos que puede tener algo que nos parece importante, que hay que tocar y hay que mirar, se le dice que venga”, explica.
La importancia de la tecnología en la telemedicina
Sin embargo, cada vez hay más herramientas para complementar esta asistencia a distancia. De la Torre coincide en que no todo será telemedicina en el futuro, pero se atreve a decir que una gran parte sí que entrará dentro de esta categoría. “Las especialidades donde más se puede utilizar la telemedicina y donde más ha aparecido ahora, en estos pocos meses, son aquellas donde tú puedes verte a través del móvil o del ordenador, y no son necesarias pruebas médicas”, remarca. Aunque sobre todo destaca la atención primaria como la que más ha aprovechado las técnicas de medicina en remoto.
En cuanto a las tecnologías que se utilizan, aparte de las llamadas, de la Torre menciona aplicaciones de uso común, como Skype o WhatsApp. Pero también han empezado a popularizarse apps específicas de telemedicina. Se trata de plataformas para pedir cita con un médico online, como el servicio de Telemedicina de Movistar Salud, que se completa con herramientas para compartir imágenes (de una herida, por ejemplo) con el facultativo y para hacer un prediagnóstico. Recuerda, además, que si tienes cualquier duda sobre el servicio, puedes entrar en la Living App Movistar Salud.
Telemedicina con la Covid-19: un revulsivo para la investigación
La pandemia no solo ha supuesto un salto hacia adelante en la práctica clínica. El impulso de la telemedicina con la Covid-19 también se ha notado en el ámbito académico y de laboratorio. De la Torre afirma que esta situación ha sido “un revulsivo para la investigación en telemedicina”. Señala que la medicina en remoto se investigaba y se intentaba llevar a la práctica asistencial, pero esto último de una manera minoritaria.
“La Covid afecta a todos los campos y a todas las especialidades. Creo que en todos estos meses de pandemia se ha publicado más de telemedicina que en ocho años anteriores, porque es algo muy nuevo. Lo único con lo que hay que tener cuidado es que la calidad de las publicaciones a veces no es tan buena”, cuenta la coordinadora del Grupo de Telemedicina y eSalud de la Universidad de Valladolid. Evidentemente, a mayor volumen y más prisas, la calidad puede resentirse. Pero el estímulo a la investigación ha quedado patente. Son muchos los estudios que aparecen ahora sobre el tema, porque efectivamente hay un campo de pruebas mucho mayor.
La telemedicina: el futuro se entrelaza con el presente
En un estudio llevado a cabo por la Asociación Médica Americana (AMA) se expone que el 75% de las visitas a los médicos o a los servicios de urgencias podrían resolverse de forma efectiva por teléfono o videoconferencia. Con estos mimbres no cabe duda de que el impulso se sostendrá en cierta medida a futuro.
La pandemia también ha servido como un curso de formación acelerada para los médicos en teleasistencia. La plantilla de compañías especializadas en telemedicina, como Teladoc Health, el partner de Movistar Salud, han adquirido experiencia en este tiempo. También los facultativos que atienden en centros médicos. “Nosotros en estos meses ya hemos aprendido mucho de la atención telefónica, de hasta dónde se puede llegar con el teléfono y hasta dónde no. Llevamos un bagaje de seis meses”, resalta Naranjo.
Desde luego quedan por implementar muchas mejoras en la telemedicina con la Covid-19 y tras su impacto, pero la parte técnica ya está resuelta en algunos casos. “Todo lo que es analítica de datos, lo que es usar inteligencia artificial para analizar información o para hacer diagnósticos predictivos lo estamos haciendo”, asegura de la Torre. “Ya en el Hospital Vall d’Hebron sí que han llevado a cabo alguna intervención de telecirugía, pero esto es más a futuro”. Hace hincapié en que es un camino largo y para recorrerlo da una recomendación, tanto a investigadores como a sanitarios y a entidades: “Aquí la clave es aunar esfuerzos para que cada uno aporte su pequeño granito de arena y que todos vayamos en la misma dirección”.